jueves, 29 de septiembre de 2011

CUANDO LA RESPONSABILIDAD ES DE TODOS.



Nada mas molesto que tener que enfrentar la irresponsabilidad de quienes están a nuestro lado.
Sus actos irresponsables traen igualmente sus consecuencias: retraso en el trabajo de equipo, incumplimiento a los clientes, y sobre todos el no cumplimiento de los objetivos trazados. Los frutos no se visualizan.

Dios que se metió en la historia de los hombres, escogió un pueblo para darse a conocer, lo cuido como a la "niña de sus ojos", y le juro su amor eternamente.
Con cuanto amor lo condujo a través del desierto, lo alimento, y le dio una tierra que manaba leche y miel.
La viña fue plantada y arrendada a unos viñadores.

Pero llego la infidelidad, y el pueblo escogido se condujo hacia otros dioses, y no dio los frutos esperados. Los arrendatarios se apoderaron de la viña y el pueblo quedo a merced de los salteadores.

Surge entonces el nuevo pueblo, la nueva viña, nacida no por pertenecer a una raza, sino por la fe en Jesús, el pueblo de la alianza nueva y eterna: LA IGLESIA.

En el nuevo pueblo cada uno tiene unas responsabilidades que son inherentes a su bautismo. Ya no hay arrendatarios, hay responsabilidades.

Quien en ella ejerce el servicio de la presidencia debe hacerlo desde la humildad, sin presumir, sin hacer alarde de dueño. la autoridad nunca sera entendida como estar por encima del otro.

Otros, desde el apostolado, la oración callada y escondida, la vida en común, testimonian con su manera de vivir la realización del reino, no la utopía del mas allá.

Los otros, nunca los de abajo,  los laicos, los discípulos, viven sus compromisos bautismales allí donde Dios los ha "sembrado", donde su vocación laical los hace sal y levadura de la masa.

La responsabilidad, no es entonces de una casta intocable, o de una raza escogida.  De todos depende la clase de frutos persibidos por el propietario, de cada uno es responsabilidad la calidad del vino que surja de esta nueva viña del Señor.
Si lo producido es bueno, sera entonces el esfuerzo de todos. Aquí nadie podrá evadir responsabilidades.

jueves, 8 de septiembre de 2011

PERDONAR ES EL DEBER DE TODO CRISTIANO


No siempre la convivencia entre los seres humanos ha transitado por caminos de paz y tranquilidad.
La famosa guerra fría entre las dos potencias mundiales, vive todavía enquistada en la mente de muchos. El recuerdo del Apartheid en sudafricano, el exterminio judío en la segunda guerra mundial, las torres gemelas en época resiente.
Pero no menos desastrozos las innumerables masacres en nuestro país: Segovia en Antioquia , Bojaca en el Choco, violaciones a los derechos humanos, agresiones contra la mujer, discriminación contra las minorías afro, gay, indígenas por nombrar algunas. El hombre es un lobo para el hombre, nos dirá un pensador moderno.
Cuando en el hombre se desatan las pasiones, brota de su corazón una inmensa capacidad d hacer daño. Lo que comienza con simple negación, palabra, gesto injurioso va creciendo y se combierte en odio, venganza y en  las mas crueles manifestaciones de violencia.

El odio hace de las suyas y como un sunamit, se lleva y arraza todo a su paso, no respeta ni teme a nada, solo busca satisfacer su sed de venganza. "EL RENCOR Y LA IRA SON COSAS DETESTABLES Y EN ELLAS ES MAESTRO EL PECADOR"

Jesús conoce bien nuestra condición y nos indica el camino a seguir cuando surgen las dificultades en la comunidad cristiana.
Frente al pecado y el yerro del hermano surge el camino de la corrección fraterna. Es el estilo cristiano, superando el viejo atajo del "ojo por ojo, diente por diente"
Tiene entonces limite la agresión?, hasta donde debe llegar el perdón?
Perdonar no es nada fácil, pues intervienes en el muchos factores. No se trata del famoso PERDÓN Y OLVIDO que hizo carrera hace poco en nuestro país. El perdón acompañado de reparación aparece entonces como el camino ideal.
el perdón que sana las heridas del agredido, pero justicia para quien no ha obrado rectamente y ha trasgredido la ley
Perdón al estilo cristiano, como acción para merecer el perdón de nuestro Padre del cielo (perdona nuestras ofensas, como también perdonamos al que nos ofende) pero exigencia a quien ha hecho daño, para que responda por sus errores.

Solo es capaz de perdonar, quien ha experimentado el perdón de Dios. Quien se crea libre de pecado...tire la primera piedra. Quien no reconoce su frajilidad, quien vive en una actitud de orgullo y soberbia nunca podrá sentir la alegría de perdonar ni ser perdonado

El perdón es un antídoto, contra todos los males del cuerpo y del alma.