“LO QUE LES DIGO A USTEDES LO DIGO A TODOS: VELEN Y ESTÉN PREPARADOS” Mc. 13,33-37
La Iglesia siempre nos invita a preparar los grandes misterios de nuestra fe. El gran tiempo pascual es preparado por los 40 días de la cuaresma, y ahora iniciamos la preparación de la navidad con este tiempo de adviento.
Todo cambia en este tiempo: la iluminación se hace vistosa y colorida, se elaboran pesebres en todos los materiales y los medios de comunicación desempolvan la música que caracteriza la época más feliz del año.
Nosotros lo cristianos invitados por Jesús, hacemos este camino de adviento dejándonos iluminar por su Palabra, pues corremos el riesgo de quedarnos solo en lo emotivo y festivo, y no vivamos con gozo la feliz espera, y su llegada, con una verdadera alegría cristiana.
Velad y estad preparados……son las palabras que resuenan hoy en los labios de Jesús, en este primer domingo de adviento.
Velar es estar despiertos, como el centinela, como el celador, pues el paso del Señor por nuestra vida, llega cuando menos lo esperamos.
Velar es estar atentos para cuando El pase disfrazado de pobre, hambriento. Triste, enfermo y lo podamos identificar.
Preparar su venida, no es solo prender luces y disponer los ambientes con motivos navideños; ante todo es preparar el corazón y asumir actitudes de amor, respeto, justicia, perdón, solidaridad. Estar preparados para hacer frente a todo aquello que hoy nos invita a negar y desconocer la presencia de Dios en nuestra vida y en la historia, y responder con valentía ante las continuas incitaciones de una sociedad cada vez más injusta y egoísta.
El camino del adviento tiene un color: el verde de la esperanza, felices aquellos que revestidos de esperanza emprenden la preparación de la navidad.
Felices quienes logran descubrir detrás del colorido y jolgorio decembrino, el amor de Dios, en la fragilidad del niño de Belén que viene a salvarnos. Es por esto que hay que estar preparados.
Domingo 27 de noviembre de 2011.
Fernando Franco. Pbro.
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