jueves, 5 de enero de 2012

LA BUSQUEDA SINCERA DE DIOS



AL VER LA ESTRELLA SE LLENARON DE UNA INMENSA ALEGRÍA. ENTRARON EN LA CASA, VIERON AL NIÑO CON SU MADRE, MARÍA Y POSTRADOS LE ADORARON….” MT.2. 10,11

La búsqueda de Dios, ha pasado por distintas etapas.
En un inicio ya lejano, se intuyó a Dios, en las fuerzas extrañas y desconocidas de la naturaleza, en los fenómenos naturales que desbordaban el conocimiento primigenio. Se adoró el sol, la luna, la lluvia, el arco iris. Era la época donde se intuía Dios en lo desconocido e incomprensible.

Luego Dios se mete en la historia y se hace un pueblo. Le da leyes y normas, camina a su lado y escribe su historia en los patriarcas, profetas, jueces y  reyes.
Pero llega el momento culmen,  no contento con lo que ha hecho, se encarna en una joven campesina de Nazaret y toma la forma de niño débil.
Los humildes pastores supieron la noticia y constataron con sus propios ojos lo que les contaron los ángeles.
Pero la búsqueda no terminaba y en lejanas tierras, unos estudiosos de los astros vieron la señal de una estrella y leyeron en ella la manifestación de Dios para toda la humanidad. Dios se mostraba no solo a un pueblo. Todos estábamos  llamados  a la salvación.
Aquellos sabios iniciaron entonces una larga travesía hasta que la señal de la estrella se posó encima de donde estaba el niño. El relato evangélico termina contando que de rodillas volcaron sus tesoros y lo adoraron.
Para muchos hoy, la búsqueda de Dios continua. Búsqueda que resulta sana y entendible siempre y cuando haga crecer la fe, fortalecer la esperanza y ensanchar el amor.
Muchos han transitado este camino y han salido victoriosos.
 A estos la estrella también se les oculto por momentos y la noche oscura de la fe fue intensa e interminable, pero perseveraron en la búsqueda y al final, postrados de rodillas como los sabios de oriente adoraron al verdadero Dios.
Otros en cambio iniciaron la búsqueda desde la arrogancia. Transitaron caminos y se deleitaron con falsas doctrinas. Se alimentaron de odios y alimentaron juicios salidos del contexto histórico. Llamaron a juicio a la Iglesia, la jerarquía, criticaron, descalificaron, quisieron una iglesia a la medida de sus necesidades. La estrella se les extravió y su búsqueda termino en la sinrazón.
Hoy como ayer, sabemos que buscar, preguntar, indagar, pedir razones, es una manera de encontrar y reconocer a Dios.
Solo basta una buena dosis de humildad, acompañada de una búsqueda sincera, y sobre todo saber leer en los acontecimientos cotidianos los resplandores de la gloria de Dios.
Fiesta de la Epifanía o manifestación de Dios.
Titiribí, Enero 8 de 2012

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