Todos hemos vivido momentos de angustia y tensión.
Emprendemos una tarea, nos empeñamos en sacar adelante un proyecto, nos hacemos buenos propósitos, le ofrecemos a Dios muchas cosas, y de repente aparecen los obstáculos, grandes o pequeños, que a la final frenan, paralizan y enfrían nuestros buenos propósitos.
Para los discípulos de Juan, e incluso para Jesús, la noticia del arresto y posterior asesinato de Juan Bautista, el profeta precursor, significo un momento difícil y de gran tensión.
Momentos como este, y otros no menos fuertes, vivieron, viven y vivirían los discípulos del maestro.
La historia de la Iglesia ha estado siempre tejida con sangre y sufrimiento. Represión, intolerancia, indiferencia de las autoridades; sin embargo es en esos momentos donde la fe y la iglesia han salido más fortalecidas, rozagantes y renovadas.
Ni las fieras hambrientas de los circos romanos, ni la cárcel y el destierro de la edad media a tantas y tanto buenos cristianos. Ni la brutalidad de los sistemas totalitarios, ni la represión de los países árabes, ni las difamaciones y montajes publicitarios y cinematográficos de los últimos años, han sido causa y excusa para que muchos buenos cristianos dejen de creer, y pierdan la esperanza.
Hoy como Juan, los discípulos y los primeros cristianos, los mártires del siglo XXI, siguen apostando por el evangelio de la vida.
Las Iglesias Maronita y Melquita de Egipto y Beirut se resisten al exterminio impuesto por los hijos de Mahoma y resisten en medio de las más grandes represiones.
Los cristianos católicos de Alejandría, el Cairo y Estambul siguen firmes en la fe, ante las bombas y atentados a sus iglesias y centros educativos.
Los cristianos de Jerusalén y Tel-Aviv siguen siendo testimonio de fidelidad en medio del acoso de los judíos ortodoxos.
En Guinea, el Congo, Sudan, Saigón (Vietnam)… y también aquí, muchos a pesar de lo difícil del momento, siguen aferrados a la fe en Jesús, que ni la misma muerte les puede arrebatar.
Los cristianos de hoy tenemos que seguir adelante mirando con optimismo el futuro, que no es otra cosa que la concreción del reino de Dios en medio del mundo, que incluso puede parecer ante nuestros ojos imperceptible, silencioso, callado, pero por eso no menos real y verdadero; apostando siempre ´por el triunfo del bien, así parezca absurda utopía.
Los cristianos somos la sal de la alegría y la esperanza que hoy necesita el mundo, incluso en medio del miedo humano, y el fracaso del momento.
Así a Juan, a Pedro, a José, o algunos de los nuestros los hagan callar, los metan a la cárcel o les impidan ser la voz de los que no pueden gritar.
Domingo 22 de enero de 2012. Arauca.
Reflexion ante la tumba de Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve
Asesinado el 2 de Octubre de 1989 en la ciudad de Arauca por los terroristas del ELN, en un intento de callar su voz.
En Colombia en el último decenio han sido asesinados 2 Obispos, 49 sacerdotes, 5 religiosas, 2 misioneros, un seminarista y 133 pastores evangélicos
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