sábado, 18 de junio de 2011

LA SANTISIMA TRINIDAD

En no pocas ocasiones el lenguaje teológico ha hecho difícil lo fácil y su terminología termina haciendo incomprensible la revelación, "para quienes andamos a píe".

Desde sus inicios la Iglesia tuvo necesidad de definir conceptos,y datos revelados, dándoles un ropaje filosófico y teológico de acuerdo a la época, esto por supuesto trajo luego algunas confusiones.
un ejemplo lo tenemos en el lenguaje que en su momento revistió el dogma de la Santísima Trinidad.

Que Dios sea uno, es claro para las tres grandes religiones monoteístas (Judaísmo, Cristianismo, Islamismo)
pero como entender que en esa unidad de Dios hay tres personas distintas?
Quien nos planteo el problema sin matices, ni ropajes teológicos fue Jesús.
Su relación con el Padre era evidente,su alimento consistía en hacer su voluntad. Cualquier desición era consultada con El, en prolongada oración.
Su amor es tan profundo, que se fundían en uno solo sin dejar de ser cada uno.Quien veía a Jesús, veía al Padre, pero al mismo tiempo era camino seguro para llegar a El.
Padre, Hijo y Espíritu Santo uno solo, sin por ello  perder identidad, como solo el amor puede lograrlo.

En medio de una sociedad egoísta, donde el Yo prevalece sobre el nosotros es difícil comprender el amor de las tres divinas personas, que se juntan en un solo corazón, sin perder nada de su individualidad.
Que dificil comprender que los esposos sean uno, sin imposiciones, ni conpetencias de genero.
Que difícil entender el amor gratuito de Dios, que nos da a su hijo querido, en medio de una sociedad desequilibrada, que impone el criterio del dar esperando recompensa.
La dificultad para entender hoy el dogma de la Trinidad, es mas bien de no entender el amor.
A Dios se le entiende y se le comprende desde la vivencia del amor. Ya san Juan lo dice: Dios es amor-.
Y con grito desgarrador el otro Juan, el de la Cruz, el enamorado, nos diría: el amor no es amado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario