sábado, 9 de julio de 2011

LA SEMILLA DE LA PALABRA.

Fue Jesús un agricultor?
los evangelios no lo dicen, pero tampoco lo desmienten.
Me  imagino siempre a  un Jesús ayudando a sus amigos en las faenas de la pesca,en las orillas del mar de Galilea, o aventando la parva a la hora de cultivar el trigo.
Por el evangelio de hoy suponemos al menos un gran conocimiento de las duras faenas del campo.
Un trabajo no siempre grato, pues el riesgo de perderse la semilla es grande.

Cada siembra lleva sus sudores, decía Don Manuel, un recio campesino de la vereda donde nací.

Pero la siembra es mas difícil cuando se trata de la Palabra de Dios. Surgen los obstáculos, de ayer y de hoy, que enfrenta la siembra del Reino. No siempre la Palabra encuentra un buen terreno en el corazón de los cristianos.

los terrenos abonados con la educacion de nuestros padres, el ejemplo de tantos maestros y personas buenas, se va volviendo estéril a medida que crecemos.
El encuentro con Jesús en los sacramentos va perdiendo la novedad y el entusiasmo, y poco va quedando a medida que crecemos, de la gracia y el fervor de nuestros primeros años.
Terrenos áridos y secos, elementos externos de una sociedad egoísta, poco espiritual,  van dejando su huella y sus cicatrices.

La gracia de Dios, espera pacientemente, acá no se trata de cálculos matemáticos, ni informes del dane.
La dinámica del reino es distinta. La gracia producirá en nosotros el ciento por uno, el ochenta, o el cuarenta. Solo basta que abonemos el terreno y lo dispongamos para la siembra

No hay comentarios:

Publicar un comentario