viernes, 12 de agosto de 2011

LA SALVACION: INVITACION UNIVERSAL.


  
Detalle de la crucificion de Jesus. (Basilica del santo sepulcro, Jerusalen)


¿Por que Dios elige al pueblo de Israel y lo hace el pueblo de su heredad?

Quizas por ser un pueblo numeroso, inteligente, santo, obediente?
La respuesta es NO.
Solo es por pura gracias y gratuidad de Dios: "Ustedes seran mi pueblo, y yo sere vuestro Dios"
Israel se convierte así, en el pueblo que Dios cuida y proteje.
En Israel Dios, llama a la humanidad a la fiesta de la salvación, esta gran verdad comenzaban a entender los profetas del Antiguo Testamento, como Isaias en la primera lectura: los extrangeros hacen parte del suceso salvífico.

Israel vive esa esclusividad de ser pueblo elegido desde la exclusion. Su vida religiosa, sus practicas de culto, reflejaban a un Dios que despresia a quienes no eran judios, a quienes vivivan fuera de las normas establesidas por las castas religiosas de Israel.

Jesús nos ayuda  hoy a redescubrir la autentica manera de entender la salvacion: la universalidad, es diecir que todo hombre y mujer esta invitado a la fiesta de la vida.
 El llamado es para toda la humanidad incluso para aquellos que desde la sinceridad de una vida recta y justa glorifican a Dios incluso sin conocerlo.

Muchos cristianos hemos heredado una mirada miope y recortada de la misericordia y el amor del Padre. Una comunidad numericamente grande y mayoritaria nos inflo y nos lleno de malsano orgullo y trunfalismos; entonces vivnieron los abusos, las negaciones del hermano, las exclusiones en nombre de Dios.
Nos sentimos dueños absolutos de la unica verdad y cerramos los ojos a las otras Palabras de Dios, a sus otras manifestaciones.

Las migajas que caen de la mesa, en la lectura del evangelio de hoy Domingo, no son sobras destinadas a los perros, es la fe que compartida alcanza para todos, incluso para aquellos que no estan sentados a manteles. Muchos de ellos no tienen la posibilidad de acercarse al evangelio, solo pueden verlo, engastado en nuestras vidas.

Por eso cobra cada día mas fuerza, la responsabilidad en nuestra manera de vivir y obrar, es decir en nuestro comportamiento como discipulos.

Cuando vivimos de  espaldas a la fe, cuando Jesús no inspira nuestro obrar nos convertimos en antitestimonio y hacemos mas daño del que pensamos.









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