Inmersos en la cultura de la previsión, vamos aprendiendo cada vez mejor a no dejar nada al azar, ni al vaivén de los acontecimientos. Hemos aprendido que cuando se invierte en prevenir, se ahorra mucho más.
Los seguros de vida, la salud pre-pagada, los seguros funerarios, son apenas una muestra de lo que hoy se nos vende como artículo de primera necesidad”.
Si en el plano de lo material nada se deja al azar, lo mismo tiene que pasar en el plano espiritual.
En la Palabra de este domingo, Jesús nos narra la parábola de las jóvenes que mientras esperan al novio, algunas que no habían previsto aceite, se les agota en la espera ansiosa de la feliz pareja. Se ven en mitad de la noche sumidas en la oscuridad y sin la posibilidad de comprarlo, porque no tuvieron la precaución de llevarlo en abundancia.
El cristiano asumiendo lo humano y lo terreno, trabajando con responsabilidad, sabe está de paso en este mundo, que esto que tiene hoy no es lo definitivo, y que debe preparar su encuentro con el Señor.
El momento es incierto, lo único verdadero es que un día nos encontraremos de frente con el Señor y él nos pedirá cuenta de nuestra administración.
Por eso hay que estar preparados.
A muchos cristianos se nos acaba el aceite del amor, la alegría, la responsabilidad, el entusiasmo religioso, la fe, en mitad del camino.
Viene entonces la desesperación y comenzamos a culpar a los demás por nuestros fracasos y derrotas. No somos capaces de asumir nuestros errores, y al final nos vemos excluidos de la gran fiesta de la vida.
Otros en cambio como las jóvenes precavidas del evangelio, preparan su ajuar desde muy temprano de su vida. Estudian con esfuerzo, cultivan un arte, sacan adelante un negocio, luchan por una carrera, viven una vida cristiana madura, aprenden a amar y a perdonar. Luchan por ideales nobles y van llenando así su vida del mejor de los aceites; bueno y abundante.
Estos son los que disfrutan, los felices, a los que el Señor reconocerá cuando llamen a su puerta.
¿A qué grupo pertenecemos?
Domingo 5 de noviembre de 2011
Desierto del Sinaí.
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