La montaña es siempre lugar de apartamiento de Cristo en busca de la necesaria proximidad y discreto dálogo con el Padre,cuya volundad debe consultar a menudo. La montaña es escenario privilegiado, donde hay revelacion divina. Las bienaventuranzas,las tentaciones, la revelacion de su misterio, su muerte, todo sucede en la montaña. subamos por tanto a la montaña y contemplemos la revelacion de la Palabra. reconozcamos en su cima, al que se nos da como Palabra de vida eterna.
viernes, 29 de julio de 2011
sábado, 23 de julio de 2011
EL TESORO ESCONDIDO.
Los arqueologos y buscadores de tesoros, nos dan cuenta de las fatigas y dificultades que tienen que enfrentar a la hora de poner en marcha un plan para encontrar un preciado botin.
Frente a tal empresa se buscan recursos, patrocinadores, se invierten grandes capitales, pues las ganacias seran cuantiosas.
La Palabra de este domingo nos cuenta que un hombre encontro un tesoro, y apostó todo lo que tenia por conseguirlo
. Pero Jesús hace referencia al mas grande tesoro: el reino de los cielos.
La palabra reino tiene tres cocnotaciones bien interesantes.
La primera señala a Jesús como el reino de Dios entre nosotros. Juan así lo señalo.
La segunda tiene que ver con el reinado de Dios en el mundo, ya en el padrenuetro se convierte en una peticion: Venga a nosotros tu reino.
La otra lectuta tiene que ver con el tiempo escatologico, es decir en el tiempo despues de la muerte.
Son muchas las veces que Jesús señala el reino de Dios escatológico como el termino de nuestra vida terrena.
Estamos frente al gran tesoro que Dios nos ha dado en su hijo Jesús. Un tesoro que se nos prometio desde nuestros padres en la fe, los patriarcas, y que nosotros hoy podemos disfrutar.
Un tesoro en basijas de barro como doria san Pablo, pero al fin de cuentas tesoro.
Cuanto puede cambiar nuestra vida este garn tesoro.
Cuanta seguridad encontramos, cuando lo arriezgamos todo por el.
Cuanta alegria brota de nuestro ser, cuando nos dejamos transformar por este teosro de gracia y bendicion.
Pero cuanta ambicion encierra nuestro corazon , que nos hace ciegos para ver y sordos para escuchar.
Cuantos determinismos de la sociedad de consumo a la hora de definir nuestra vida y nuestras prioridades.
Que lugar ocupa en mi vida, el riesgo por lo de Dios?
Me dejo determinar por el consumismo?
Que prioridades hay en mi vida?
Frente a tal empresa se buscan recursos, patrocinadores, se invierten grandes capitales, pues las ganacias seran cuantiosas.
La Palabra de este domingo nos cuenta que un hombre encontro un tesoro, y apostó todo lo que tenia por conseguirlo
. Pero Jesús hace referencia al mas grande tesoro: el reino de los cielos.
La palabra reino tiene tres cocnotaciones bien interesantes.
La primera señala a Jesús como el reino de Dios entre nosotros. Juan así lo señalo.
La segunda tiene que ver con el reinado de Dios en el mundo, ya en el padrenuetro se convierte en una peticion: Venga a nosotros tu reino.
La otra lectuta tiene que ver con el tiempo escatologico, es decir en el tiempo despues de la muerte.
Son muchas las veces que Jesús señala el reino de Dios escatológico como el termino de nuestra vida terrena.
Estamos frente al gran tesoro que Dios nos ha dado en su hijo Jesús. Un tesoro que se nos prometio desde nuestros padres en la fe, los patriarcas, y que nosotros hoy podemos disfrutar.
Un tesoro en basijas de barro como doria san Pablo, pero al fin de cuentas tesoro.
Cuanto puede cambiar nuestra vida este garn tesoro.
Cuanta seguridad encontramos, cuando lo arriezgamos todo por el.
Cuanta alegria brota de nuestro ser, cuando nos dejamos transformar por este teosro de gracia y bendicion.
Pero cuanta ambicion encierra nuestro corazon , que nos hace ciegos para ver y sordos para escuchar.
Cuantos determinismos de la sociedad de consumo a la hora de definir nuestra vida y nuestras prioridades.
Que lugar ocupa en mi vida, el riesgo por lo de Dios?
Me dejo determinar por el consumismo?
Que prioridades hay en mi vida?
sábado, 16 de julio de 2011
LA MALA SEMILLA
Todas las religiones se han preocupado no solo, por explicar el futuro , sino que también han tratado de dar una explicación al problema del mal.
En el Antiguo Testamento, el autor sagrado nos coloca frente al drama de Adán y Eva, y al de su hijo Caín, como una manera pedagógica de explicar como el mal no es obra de Dios, es algo distinto a El.
El no es su origen, por el contrario, este aparece como consecuencia del abandono del creador.
Donde falta Dios nada puede ser bueno, donde el está ausente todo decae y se destruye: El hombre, el mundo, las relaciones personales.
Los seres humanos nos movemos y construimos nuestro entorno en medio de buenas obras, pero también en medio de oscuridades y negaciones
Ya Jesús lo señala en el evangelio de hoy: la buena semilla crece junto con la maleza y la hierba mala.
Nuestras buenas acciones, heroicas algunas veces, florecen en medio de infidelidades, pecados y egoísmos.
Acusamos incluso a Dios por no actuar drasticamente y permitir el mal. Como los discípulos queremos hacer llover fuego sobre los malos.
Somos radicales frente al mal del otro, y queremos arrancarlo de raíz.
Sin embargo Dios es paciente. Su actuar no obedece a la lógica de "los buenos del mundo", su actuar no es manipulable por quienes nos reconocemos puros, por encima del bien y del mal.
El espera pacientemente, conoce de que barro estamos hechos.
Surge entonces la posibilidad de esperar el momento oportuno y tomar medidas adecuadas.
No es ni pasibidad, ni manguala con el mal.
Es solo dejar que la gracia también actué y transforme, es creer en el poder de Dios.
sábado, 9 de julio de 2011
LA SEMILLA DE LA PALABRA.
Fue Jesús un agricultor?
los evangelios no lo dicen, pero tampoco lo desmienten.
Me imagino siempre a un Jesús ayudando a sus amigos en las faenas de la pesca,en las orillas del mar de Galilea, o aventando la parva a la hora de cultivar el trigo.
Por el evangelio de hoy suponemos al menos un gran conocimiento de las duras faenas del campo.
Un trabajo no siempre grato, pues el riesgo de perderse la semilla es grande.
Cada siembra lleva sus sudores, decía Don Manuel, un recio campesino de la vereda donde nací.
Pero la siembra es mas difícil cuando se trata de la Palabra de Dios. Surgen los obstáculos, de ayer y de hoy, que enfrenta la siembra del Reino. No siempre la Palabra encuentra un buen terreno en el corazón de los cristianos.
los terrenos abonados con la educacion de nuestros padres, el ejemplo de tantos maestros y personas buenas, se va volviendo estéril a medida que crecemos.
El encuentro con Jesús en los sacramentos va perdiendo la novedad y el entusiasmo, y poco va quedando a medida que crecemos, de la gracia y el fervor de nuestros primeros años.
Terrenos áridos y secos, elementos externos de una sociedad egoísta, poco espiritual, van dejando su huella y sus cicatrices.
La gracia de Dios, espera pacientemente, acá no se trata de cálculos matemáticos, ni informes del dane.
La dinámica del reino es distinta. La gracia producirá en nosotros el ciento por uno, el ochenta, o el cuarenta. Solo basta que abonemos el terreno y lo dispongamos para la siembra
los evangelios no lo dicen, pero tampoco lo desmienten.
Me imagino siempre a un Jesús ayudando a sus amigos en las faenas de la pesca,en las orillas del mar de Galilea, o aventando la parva a la hora de cultivar el trigo.
Por el evangelio de hoy suponemos al menos un gran conocimiento de las duras faenas del campo.
Un trabajo no siempre grato, pues el riesgo de perderse la semilla es grande.
Cada siembra lleva sus sudores, decía Don Manuel, un recio campesino de la vereda donde nací.
Pero la siembra es mas difícil cuando se trata de la Palabra de Dios. Surgen los obstáculos, de ayer y de hoy, que enfrenta la siembra del Reino. No siempre la Palabra encuentra un buen terreno en el corazón de los cristianos.
los terrenos abonados con la educacion de nuestros padres, el ejemplo de tantos maestros y personas buenas, se va volviendo estéril a medida que crecemos.
El encuentro con Jesús en los sacramentos va perdiendo la novedad y el entusiasmo, y poco va quedando a medida que crecemos, de la gracia y el fervor de nuestros primeros años.
Terrenos áridos y secos, elementos externos de una sociedad egoísta, poco espiritual, van dejando su huella y sus cicatrices.
La gracia de Dios, espera pacientemente, acá no se trata de cálculos matemáticos, ni informes del dane.
La dinámica del reino es distinta. La gracia producirá en nosotros el ciento por uno, el ochenta, o el cuarenta. Solo basta que abonemos el terreno y lo dispongamos para la siembra
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